El presidente boliviano dimitió este 10 de noviembre tras convocar, horas antes, nuevas elecciones nacionales con el ánimo de buscar «la paz” en la nación sudamericana.
Tomado de RT en Español
El expresidente de Ecuador, Rafael Correa, considera que lo que ha ocurrido este domingo en Bolivia, que ha derivado en la renuncia del presidente Evo Morales, es un golpe de Estado, según lo comentó este lunes en exclusiva a RT.
«Por supuesto que hubo un golpe de Estado», afirmó Correa. «Es una insubordinación de las Fuerzas Armadas, eso no puede existir en un Estado constitucional de derecho, en una democracia», añadió el exmandatario ecuatoriano, que criticó que la OEA no condenó estos hechos porque ocurrieron en Bolivia.
En opinión de Correa, «si es que no renunciaba Evo Morales hubiera habido un baño de sangre porque no había orden público». Asimismo, aseguró que no existirá una verdadera democracia hasta que los árbitros de la misma sean los ciudadanos, «no los uniformados». Además, aseveró que no le extrañaría que fuerzas extranjeras estuvieran detrás de este golpe de Estado.
«Usted puede ver la doble moral que existe en todo esto. Para la derecha la democracia es válida mientras cumpla con sus intereses», indicó Correa. En la misma línea, aseguró que cuando deja de cumplir con sus intereses «hay que cambiar la situación a sangre y fuego, como estamos viendo en Bolivia».
El expresidente ecuatoriano asegura que el pueblo boliviano, tras 13 años de Morales en el poder, ha conocido la dignidad y la prosperidad. En su opinión, tras esta difícil coyuntura “América Latina se convencerá de que la OEA no sirve para nada, que es un instrumento de dominación de EE.UU.”.
Bolivia vive sumida en una crisis política desde que el presidente Evo Morales y el vicepresidente Álvaro García Linera presentaran su renuncia este domingo, tras una ola de dimisiones dentro de su Gobierno.
Horas antes, Morales convocó nuevas elecciones nacionales, en concordancia con las sugerencias de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y con el ánimo de buscar «la paz en Bolivia». Sin embargo, la propuesta fue rechazada por el su rival en las pasadas presidenciales, Carlos Mesa, que instó a los grupos opositores a mantener movilizaciones en las calles hasta que se aceptara celebrar elecciones sin participación de Morales ni de García Linera.