Por Rafah Acevedo
Hace algunos meses los periodistas y los sicarios de información -que son cosas muy distintas- nos entretuvieron con la discusión sobre el posible impeachment a Trump. Si la depravación moral es causa para iniciar el proceso, el vínculo probado del presidente de ese país con una red de proxenetas adinerados sería suficiente. Pero se añadieron otros asuntos que aderezan la ensalada del “Rusiagate”: conspirar para violentar las leyes que regulan las elecciones en EEUU; pasarse por el forro la libertad de prensa; enriquecimiento ilícito utilizando los privilegios de su cargo y crear una falsa situación de emergencia de modo que pudiera construir el oprobioso muro en la frontera con México a pesar de la negativa del Congreso. Sus últimos ataques a congresistas hijas de inmigrantes, a quienes invitó a regresar a sus países de origen son apenas muestras del profundo racismo y misoginia del Presidente Naranja.
Ver la entrada original 509 palabras más