
A las puertas de ser el nuevo jefe de la diplomacia europea, el aún ministro de Exteriores Josep Borrell es el centro de una nueva polémica por haber espiado a las delegaciones del Govern –las famosas embajadas catalanas– en el extranjero.
Un nuevo escándalo, el enésimo en su año de poder, que ya ha llegado a instancias internacionales y que ha provocado repulsa más allá de los Pirineos.
El aún ministro encargó a las embajadas del Reino Unido, Suiza y Alemania informes sobre la actividad de las delegaciones catalanas en estos países para pedir al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) su cierre.
La noticia se ha propagado por el continente, llegando a ser denunciada en el parlamento de Westminster por el diputado Hywel Williams, que puso el grito en el cielo y avisó de que miembros de la cámara legislativa británica «han sido espiados por agentes» del Gobierno…
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