Un niño pasea en bicicleta frente a un mural con la bandera cubana y una imagen de Fidel Castro saltando de su tanque durante la invasión de Playa Girón. Guantánamo, Cuba, 25 de julio del 2018. Foto: Ramón Espinoza
El lapicero con que el que el presidente William Clinton firmó la Ley Helms-Burton, el 12 de marzo de 1996, fue entregado inmediatamente a Jorge Mas Canosa, el jefe por entonces de la Fundación Nacional Cubano-Americana, que era el cuartel general en la Florida de los actos terroristas y la subversión contra Cuba.
Más que un gesto simbólico, era la prueba de quién se había anotado una victoria, a costa del derecho internacional, la Constitución y las facultades ejecutivas para conducir la política exterior de los Estados Unidos.
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