Por Juan Carlos Díaz Osorio (editor de Miradas Encontradas)
No puedo evitar indignarme ante las acciones de la derecha latinoamericana y el silencio de la Organización de Estados Americanos (OEA), siempre callada cuando se trata de la derecha, reafirmando lo que sabemos todos: que responde a un país cuya águila se posa para desangrar a quienes no se rinden a sus pies.
La OEA, ¿para qué existe? Creo que esa pregunta nos la hemos hecho los cuerdos alguna vez o varias. La OEA critica, critica y critica para tratar de desacreditar junto a Estados Unidos a Cuba y a Venezuela, pero hace oídos sordos ante la situación de Lula y los secuestros en Argentina, mientras que algunos gobiernos derechistas se aferran al poder e intentan desprestigiar al ALBA y a la CELAC, organizaciones a las que sí les importa los más desfavorecidos.
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