
Earle Herrera.-El primero en pronunciarse contra la candidatura presidencial de Nicolás Maduro fue el Departamento de Estado de EEUU. Medios y portales mayameros y venezolanos -en ese orden- desplegaron el disgusto imperial en primera página, portadas digitales y horario prime time, como quien dice, “ajá, voltea para acá, mira a quien molestaste”. Si personalizamos el reconcomio, diríamos que el primero en irritarse fue Donald Trump.
Acotemos que todavía Maduro no había aceptado su postulación, apenas asomada, allá en Aragua, por Tareck El Aissami (¿dónde andará ahora?). Después el Psuv aclamó a su presidente, quien de manos de Diosdado Cabello recibió el estandarte partidista. Siguieron el ejemplo Tupamaro, UPV, el MEP y Podemos. El ex presidente de la Exxon Mobil y secretario de Estado -también en este orden-, Rex Tillerson, vio que la cosa era en serio y salió disparado por América Latina para detener…
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