Por: Sergio Gómez Maseri
Aunque con matices, las presidencias en Estados Unidos suelen tener un ritmo más o menos parecido: un primer año de ‘luna de miel’ que viene impulsado por la victoria en las urnas, seguido por otro más “pragmático” donde el de turno concreta algunos temas de su agenda y luego un tercero y cuarto que se caracterizan por dificultades y quizá algunos escándalos. Pero en el caso de Donald Trump parece estar sucediendo todo lo contrario.
En estos primeros 365 días, que se cumplen el sábado 20 de enero, no ha pasado semana sin que el mandatario republicano se haya visto involucrado en alguna polémica o disputa hasta con sus supuestos aliados.
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