

No es hora de preocupaciones etimológicas, pero mientras pasamos el vinagre que la derecha y sus medios nos dan por agua, su hiel por almíbar, es bueno preguntar a Isaac Asimov el oscuro origen de la palabra linchamiento. “Esta práctica -dice el maestro de la ciencia ficción- viene del siglo XVIII, en el que un ciudadano del estado de Virginia, William Lynch (o el juez del mismo estado, Charles Lynch), organizó entre los vecinos una especie de policía casera para castigar a aquellos que eran culpables. Como resultado, el acusado que es ejecutado sin un proceso se dice que ha sido linchado”.
La derecha venezolana enriquece el fanatismo anglosajón al agregar a la víctima de su linchamiento el vocablo “infiltrado”. El venerable señor Lynch, pionero de las muertes expeditas, atroces y en gavilla, no esperaba este aporte de un pueblo “inferior” y mestizo que, en…
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