
En una nueva escalada de la violencia callejera, manifestantes opositores pertrechados con costosos equipos que incluían máscaras antigás, intentaron el miércoles el lanzamiento de frascos con heces fecales y orina –bautizados como puputov– contra efectivos de seguridad bolivarianos.
Quizá haya sido el capítulo más vergonzoso de las protestas violentas opositoras que se sumaron a las “guarimbas” de meses y años anteriores, contra el gobierno que, además, culminó con el saldo trágico de la muerte del joven Miguel Castillo, asesinado con una bala de plomo disparada con un arma artesanal explosiva fabricada con tubo de acero de ¾, eventualmente por alguien que estaba al frente de la víctima y a no más de cinco metros.
La víctima llevaba un casco con una cámara GoPro que debió registrar el disparo del victimario. Un video que circula en redes muestra el interés inusitado de uno de los compañeros…
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