Por J.M. del Río (Colaborador de la Santamambisa)
Los mandamases del imperio decidieron lanzar en Afganistán, la más grande de las bombas no nucleares disponibles en su destructivo arsenal. Es primera vez que se usa en una acción militar este engendro de 10 toneladas, conocido como “la madre de todas las bombas”. Pocos días antes habían ordenado disparar unos 50 misiles, desde una base naval en el mar Mediterráneo, contra una base de las Fuerzas aéreas sirias. Conjuntamente con ese alarde de fuerza, en nuestra región continúan utilizando otra variedad de bomba, nada silenciosa por cierto; que produce otro tipo de sonido. Se trata del barullo que origina aquel que pretende no hacer ruido.
Si en Afganistán lanzaron “la madre de todas las bombas”, en la América nuestra han utilizado a un “besalospiés”, como llamó nuestro Martí «a los “norteamericanizados”, que mandan a hacer su pensamiento, como sus levitas, (…)…
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