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Guerra sucia contra Evo Morales

En estos momentos, ya está en marcha la campaña electoral que podría mantener a Morales en el Palacio de Quemado. (EFE)

El próximo 21 de febrero Bolivia será escenario de un referendo constitucional cuyo objetivo es la aprobación o no del pueblo sobre una nueva reelección en 2019 del presidente aymara Evo Morales y su vice Álvaro García Linera, mientras la maquinaria derechista restauradora del neoliberalismo usa su estrategia para tratar de desprestigiar al líder indígena.

La convocatoria a la consulta popular fue hecha por la Asamblea Legislativa Plurinacional en atención a la demanda de organizaciones políticas y sociales que desean la permanencia de la dupla Morales-García Linera al frente del Ejecutivo después del 2019, cuando concluyen su actual mandato.

Esa modificación parcial a la Constitución Política del Estado, si es aprobada, permitirá dos reelecciones para presidente y vice, sin contar el primer mandato de Evo, previo a la reforma de la Carta Magna de 2009.

Pero los que incitan a votar por el NO mantienen una guerra permanente contra el jefe de Estado para evitar su permanencia en el gobierno por otro período a partir del 2020.

En ese escenario de confrontación permanente, hace unos días Morales acusó a medios de prensa de derecha y opositores —a los que catalogó de “malas lenguas”— de intentar crear una matriz de opinión en su contra con el argumento de que ha empleado a sus familiares en su administración, para crear la imagen de un cuadro de nepotismo.

El presidente reaccionó a declaraciones del disidente del MAS Filiberto Escalante, quien aseguró que el mandatario incurre en nepotismo porque algunos de sus parientes poseen cargos en entidades públicas, entre ellas Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).

En su defensa, el jefe de Estado adujo que “ahora dicen que toda la familia de Evo está acaparando cargos, ¡qué mentira!. Mi hermana está en el hospital bajo la cooperación de los hermanos cubanos y mi hermano Hugo está por su cuenta. Mis hermanos no se meten en el tema de la política; acá no se trata de familias para administrar el Estado”, expresó en un acto de entrega de obras en Soracachi (departamento de Oruro).

“Estos días estaba escuchando tantas acusaciones que son parte de la guerra sucia en mi contra. Pero para mí ya eso no es nada. Antes decían que Evo era narcotraficante, asesino, terrorista, hasta me catalogaron de Bin Laden andino. Eso nos dijo la derecha nacional e internacional y están en los periódicos y los medios de comunicación”, precisó.

En esa guerra sucia —que también perjudica a colectivos sindicales e indígenas— participan también, entre otros, el derechista Movimiento Demócrata Social (MDS) de Rubén Costas, que ganó la alcaldía de Cochabamba, con el que cohabitan los antes miembros del MAS Alex Contreras y Rebeca Delgado. Costas logró acuerdos con el alcalde de La Paz, Luis Revilla, cuya agrupación ciudadana Sol.bo cruza abrazos con el conservadurismo.

A esa sintonía se suman públicamente el expresidente Jorge Quiroga —célebre por querer dirigir las últimas parlamentarias en Venezuela, donde se encontraba invitado por agrupaciones opositoras—, y los miamenses Manfred Reyes Villa y Carlos Sánchez Berzaín. A este grupo se agregan varios medios de prensa que tratan de crear confusiones entre la población.

LA PERMANENCIA DE EVO

En estos momentos, ya está en marcha la campaña electoral que podría mantener a Morales en el Palacio de Quemado, si el SI resulta victorioso.

Sabido es que la estrategia de la derecha regional apoyada por Estados Unidos es ir destruyendo los gobiernos progresistas de América Latina mediante distintas formulaciones: golpes de Estado parlamentarios (Honduras y Paraguay), guerra sucia para ganar en las urnas, (Argentina, presidenciales, Venezuela, parlamentarias), y ganar el terreno perdido.

Los conservadores pretenden que Morales culmine su actual mandato en el 2019 —si no intentan el quiebre institucional por otros medios— pensando en cerrar lo que ellos catalogan el ciclo de la izquierda latinoamericana, surgida a partir de la asunción del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez en 1998, quien abrió una nueva página en la historia de la región, y a quien siguieron otros líderes progresistas.

¿Por qué es importante que Morales y García Linera se mantengan al frente del gobierno de la nación que cuenta con 10 027 254 habitantes de procedencia aymara y quechua, y mestiza, en su mayoría?.

Bolivia era, hasta la asunción de su actual gobierno, uno de los países de mayor inestabilidad política y el segundo más pobre de América Latina solo superado por Haití. Era visible en la extrema pobreza de su pueblo la desigual distribución de la renta de esta nación de grandes recursos naturales. Las utilidades iban a parar a las grandes trasnacionales, en especial estadounidenses.

El gobierno del MAS cambió esa realidad. El Banco Mundial auguró a principios del 2015 que este año Bolivia se ubicará en segundo lugar entre los países con mayor crecimiento en la región. En 2014, la economía boliviana se situó primera en Suramérica con una expansión de su Producto Interno Bruto (PIB) del 5,3 por ciento, según esa fuente.

Ayhan Kose, director de Perspectivas de Desarrollo del Banco Mundial, afirmó en nota oficial de ese organismo internacional a principios de año que en el caso de Bolivia la situación del país es positiva y estable, y se espera que continúe una expansión saludable en 2015.

El diario boliviano La Razón, sin embargo, advirtió que el crecimiento de la economía boliviana en 2014 y en 2015 superará las proyecciones realizadas por las entidades multilaterales, pese a la caída de los precios de las materias primas, apuntó el rotativo.

INESTABILIDAD POLÍTICA

Antes de la asunción de Morales en el 2006 existía en Bolivia la inestabilidad institucional. Hubo cinco presidentes entre 2001 y 2005 sacados del Palacio de Quemado por golpes de Estado o por las protestas populares. En el 2008, la derecha atacó al mandatario e intentó despojarlo de sus atribuciones, pero falló el intento debido a la rápida movilización de sus seguidores y de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR).

En el 2005 ganó las elecciones con el 54 por ciento de los votos, algo insólito en el país andino. Luego subió la parada y fue reelecto en el 2009 con el 64 por ciento y en el 2014 con 62 por ciento. En estos momentos, dos tercios de la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia pertenecen al MAS, lo que le permite ejecutar sus programas con respaldo mayoritario. Evo cuenta además con un sólido apoyo de la base campesina del país.

En opinión de analistas, la corriente revolucionaria latinoamericana y el pueblo boliviano en primer lugar tiene que dar la batalla para no prescindir de un líder de la talla de Morales. No se puede permitir la siempre discriminada población de ese país dejarse influenciar por el invento neoliberal de que los líderes deben ser cambiados o que los procesos revolucionarios están agotados, haciéndole el favor a Estados Unidos y sus aliados conservadores, ahora envalentonados por los recientes reveses electorales en Argentina y Venezuela.

Cada pueblo tiene el derecho de darse el proyecto político que mejor convenga a sus intereses. A pesar del favorable cambio político, social y económico de Bolivia en estos nueve años de gobierno revolucionario, el Presidente reconoció que “falta terminar, profundizar y consolidar algunas políticas”, cuando reasumió el cargo en enero de este año.

Las negativas experiencias de Argentina y Venezuela, cuyos pueblos decidieron a favor de candidatos de derecha procedentes de las élites sociales, deben servir de ejemplo para lo que podría también ocurrir en Bolivia. En esas dos naciones suramericanas los nuevos dirigentes políticos anunciaron una serie de medidas que echarán al traste muchas conquistas alcanzadas por sus anteriores gobiernos y parlamentos de izquierda.

Presidencia Evo Morales:
Fue electo por primera vez en las elecciones presidenciales de Bolivia de 2005 por mayoría absoluta con más del 54% de los votos. En 2009 fue reelecto con el 64% de los votos y en 2014 fue reelecto para el período 2015-2020 con el 61,04 % de los votos.
Según el Artículo 168. de la Nueva Constitución Política del Estado boliviano
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia aprobó este viernes el calendario electoral para el referendo previsto para el 21 de febrero de 2016, en el cual los bolivianos decidirán si se aprueba una reforma a la Constitución que permita la repostulación del actual presidente Evo Morales.
La Constitución Política de Bolivia entró en vigor el 7 de febrero de 2009
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia aprobó el pasado 6 de noviembre el calendario electoral para el referendo previsto para el 21 de febrero de 2016, en el cual los bolivianos decidirán si se aprueba una reforma a la Constitución que permita la repostulación del actual presidente Evo Morales.

Tomado de Cubahora

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