
Foto tomada de http://papafranciscoencuba.cubaminrex.cu/articulos/la-patrona-de-cuba-estara-en-altar-de-la-misa-del-papa-francisco-en-holguin
Durante la Primera Guerra de Independencia la imagen de la Virgen de la Caridad presidió las misas y otros ceremoniales improvisados en la manigua, invocada como protectora de los destinos de los cubanos independentistas. Esta copla cantada en los campamentos insurrectos durante la Guerra de los Diez Años, atestigua la vinculación:
Virgen de la Caridad,
Patrona de los cubanos,
Con el machete en la mano
Pedimos la libertad.
La historiadora Olga Portuondo refiere que durante la guerra del 95 los miembros del Ejército Libertador acostumbraban a llevar consigo medallas con la efigie de la virgen «mambisa». Un hombre como Antonio Maceo, reputado como masón y cuya valentía y arrojo rayaban en la temeridad, portaba siempre «por si acaso» como resguardo, una medallita de la Virgen del Cobre prendida a su ropa interior.
La fiesta cubana de la Virgen de la Caridad, celebrada el 8 de septiembre, poco a poco ganó espacio y popularidad, en detrimento de la centralidad de otras celebraciones marianas, que , como la del 8 de diciembre (día de la Inmaculada Concepción), la de la Virgen de la Covadonga, o la de Montserrat, comienzan a percibirse como extranjeras en tanto representaban la presencia española en la Isla.
Recién finalizada la guerra, el 8 de septiembre de 1898, según consta en el acta del Archivo del Santuario, el general del ejército mambí Agustín Cebreco, acompañado de su estado mayor, visitó el templo de la Caridad del Cobre con el fin de rendir homenaje a la santra patrona. Unos días más tarde, el 24 del mismo mes, numerosos miembros de distintos destacamentos de las tropas libertadoras se encaminaron de nuevo al Cobre con el propósito de efectuar el «bautizo» de una bandera cubana, regalada por los vecinos de Cayo Smith al regimiento de A. Cebreco. «Fue día de júbilo para la población del Cobre. La población delirante victoreó la bandera de nuestros dolores y nuestras glorias». Mas de quince años después, ya en la República, una procesión de aproximadamente dos mil ex-soldados mambises, encabezada por los generales Jesús Rabí y el propio Agustín Cebreco, partió en peregrinación desde Santiago de Cuba hasta el Santuario del Cobre para solicitar la consagración oficial de la Virgen de la Caridad como Santa Patrona de los destinos de la Isla.
Las autoridades eclesiásticas, en un intento de ganar adeptos y recuperar la primacia perdida a consecuencia del fin de la dominación hispana, de la separación del Estado y la Iglesia, y de la irrupción de los cultos protestantes auspiciada por las autoridades de ocupación, resolvieron dar los primeros pasos para el reconocimiento de la Virgen de la Caridad del Cobre como la Santa Patrona de la Isla.
En 1901 los prelados de Santiago de Cuba y de La Habana solicitaron sin aparente éxito al Vaticano la proclamación oficial del patronato de la Virgen. Finalmente, tres lustros después, en mayo de 1916 el papa Benedicto XV declaró a la imagen de la Virgen de la Caridad como Patrona de la República de Cuba.
Tomado de:
Marial Iglesias Utset: Las metáforas del cambio en la vida cotidiana: Cuba 1898-1902
Olga Portuondo Zúñiga: La Virgen de la Caridad del Cobre: símbolo de cubanía