En un lugar de España, de cuyo nombre no puedo acordarme, se ha hecho entrega de uno de los premios más importantes de las letras hispanas: el Premio Miguel de Cervantes 2014. Esta vez el galardonado no es otro que Juan Goytisolo, quien desde este instante forma parte de la pléyade literaria, junto a Alejo Carpentier, Dulce María Loynaz, Jorge Luis Borge y Juan Gelma, por solo citar unos cuantos. El jurado, en reconocimiento a su obra y «la capacidad indagatoria en el lenguaje» decidió concederle el galardón, dotado además con 125,000 dólares.
Escritor versátil como hay pocos, no se deja encasillar en tendencias literarias, llevado por esa voluntad de integrar, como señalara el jurado «las dos orillas, a la tradición heterodoxa española y por su apuesta permanente por el diálogo intercultural». Entre sus obras más conocidas podemos citar Juegos de manos (1954), Duelo en el paraíso (1955), la trilogía El pasado efímero, compuesta por las novelas El circo (1957), Fiestas (1958), y La resaca (1958), o Señas de identidad (1966). Colaborador asiduo del Diario El País, es miembro del Parlamento Internacional de Escritores y preside el jurado de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Recibió el Premio Nacional de Literatura en el 2008.